El ultrasonido es un equipo que transfiere ondas mecánicas de mayor frecuencia que las del sonido y transmite calor profundo gracias a la vibración que producen dichas ondas. Se basa en una acción de masaje que mejora los intercambios celulares e intracelulares, produciendo calor. Tiene una acción analgésica, descontracturante muscular, efecto antiinflamatorio y estimulación metabólica circulatoria.

En fisioterapia el ultrasonido se utiliza para tratar lesiones, inflamación de tendones, cicatrices, favoreciendo una rápida reparación en los tejidos dañados. Ayuda al deportista sobre todo a nivel muscular y articular, como vasodilatación, porque mejora la nutrición muscular, favorece la reabsorción de detritus, y mejora el metabolismo. También aumenta la nutrición del cartílago articular y flexibiliza las estructuras blandas.

 

Se utiliza para la ciática, periartitis, tendinitis, epicondilitis, tendinopatía rotuliana, tendinopatía de Aquiles, conflicto de hombro sub-acromial o manguito del rotador, contracturas o lesiones musculares