La diatermia en fisioterapia consiste en un tratamiento de termoterapia profunda, aplicación de corrientes eléctricas de alta frecuencia que se consigue un efecto térmico en tejidos muy profundos que son más difíciles de activar, calienta de dentro a afuera, a diferencia de otras fuentes de calor que lo hacen de afuera hacia dentro. Esta técnica acelera el metabolismo de las células, aliviando la inflamación con mayor rapidez que las técnicas convencionales.

Las ondas de alta frecuencia producen un aumento de temperatura en la zona lesionada, sometiendo al paciente a cambios bruscos de temperatura e incentivando así su metabolismo, ayudando a la circulación de la sangre y acelerando el proceso de recuperación de los tejidos.

La diatermia está indicada para esguinces de tobillo, tendinopatías, roturas fibrilares, contusiones, contracturas, fracturas, sobrecargas o edemas, ya que permite acelerar el metabolismo y la absorción del edema.

Hay dos formas de aplicación:

Diatermia resistiva: trabaja todo lo que tiene menos capacidad hídrica que el músculo, como el tendón, el hueso y los ligamentos.
Diatermia capacitiva: se utiliza para tratar tejidos más superficiales.

La radiofrecuencia o diatermia se utiliza para esguinces y roturas fibrilares, problemas circulatorios, post-operatorios, lumbalgias, cervicalgias, contracturas, bursitis, fascitis plantar, pubalgias, etc. En los procesos donde el dolor es notable, la radiofrecuencia tiene un efecto antinflamatorio y facilita la liberación de endorfinas. En enfermedades de carácter crónico como la artrosis, la artritis o el reuma.